Vivir en un plantea extraño y con una familia
que no es la propia puede ser la mayoría de las veces una misión muy difícil en
la vida de una persona, y mucho mas si justamente no se trata de una persona.
Cassandra tenía idea de todo esto. Sabía que sus padres la habían abandonado en
Lootrey cuando ella había nacido. No fue por odio, ni maldad ni algún
problema familiar. Una guerra se había desatado en su país natal, Kegroy y
la situación no era la indicada para traer un nuevo ser al mundo. No, no fue un
error, pero si un punto en contra el cual no habían tenido en cuenta. Cassandra
no conocía a sus verdaderos padres, pero tampoco le preocupaba ese tema, ella
se encontraba en excelentes condiciones con su familia de acogida, paseaban,
iban, venían, no había guerras, era un mundo perfecto, al igual que sus padres.
Si, suena imposible, pero en este mundo lo era.
Lootrey tenía sus gobernantes, Aidan y Penélope,
una pareja que según los habitantes de este planeta, algo escondían. Los
Lootranianos no son de desconfiar de las personas, pero había algo en estos
gobernantes que no terminaba de encajar desde que tomaron el control hace 58
años. Aidan y Penélope salían a recorrer las calles de los distintos pueblos y
a hacer contacto con la gente, con los que realmente confiaban en ellos.
Intentaban hacer buena letra para que no se les venga la gente en contra,
claramente. Pero si, era cierto, algo escondían, pero es muy temprano para contarlo
aún.
Por otro lado, Kegroy era un buen planeta,
bueno, lo había sido en su momento. Ahora estaba destruido, gente moría
constantemente y la guerra no acababa. Había comenzado 30 años atrás, ya la
gente no recuerda el porqué pero continúa y no tiene miras de terminar. Los
padres de Cassandra se dice que murieron hace algunos años en uno de los
combates que se desarrollaban en su ciudad. Ella intentó salvarlo a él, los
demás eran muy poderosos. ¿El otro bando? si, los mismos habitantes de Kegroy.
Todos contra todos. El no logró aferrarse a lo poco que le quedaba de vida y
ella, forcejeando con el enemigo, uno de los tantos villanos de este planeta.
Así acabaron, uno sobre el otro, sin un dejo de respiración. O eso es lo que se
cuenta por ahí.
Aidan y Penélope ese día estaba recorriendo
Voldroid, y se encontraron con la casa de Cassandra y su familia, los Houdini.
En realidad la estaban buscando a ella, algo muy importante acababa de suceder
y la necesitaban, tal vez. El timbre sonó en el interior de la casa mientras
los gobernantes esperaron en el umbral de la puerta de esa magnífica casa.
Magnífica porque era realmente grande, demasiado para una familia de tan solo
tres integrantes. Ocupaba un buen espacio de la manzana y se distinguía
bastante bien de los hogares adyacentes. Pero la casa no viene al caso, ni
ahora ni nunca. Cassandra si, y fue ella quien abrió la puerta esperando
encontrarse con alguna clase de vendedor ambulante que solía pasar alrededor de
esa hora, o con algún niño al que se le había escapado el gato y necesitaba
ayuda para encontrarlo. No era el caso, Penélope y Aidan estaban allí, con la
mirada fija en ella como queriendo decir algo pero aún no era el momento. Sin
invitación previa pasaron al interior de la casa. Cassie, como la llamaban sus
conocidos, se quedó perpleja. Los conocía, sabía perfectamente quienes eran,
pero no los esperaba jamás.
-¿Estás sola? -Pregunto Aidan-
-¿A qué se debe esta pregunta? ¿Por qué
quieren saber eso y qué hacen en mi casa sin previo aviso? -replicó Cassie.
-Venimos a buscarte. -Ocurrió un silencio de
unos tres segundos y Aidan volvió a hablar antes de que la joven le
respondiera- Te necesitamos, ahora, y es mejor que no sepas por el momento lo
que está por venir, pero es algo...
-Tienes que venir con nosotros, esto no es una
clase de broma, ni un sueño, ni el guión de una película de ciencia ficción.
Esto es la realidad, niña. No hay tiempo para quejas ni mas preguntas, te
contaremos todo en el momento adecuado, por el momento deberás fingir. Invéntate
una historia, algo que tus padres vayan a tragarse, y por sobre todo...no
tengas miedo. Es lo que menos buscamos. -Comentó con brutalidad la señora gobernante de Lootrey.
Cassandra no llegó a largar otra palabra
cuando le tendieron un móvil para que llamara a sus padres, quienes en ese
mismo momento habían salido a dar un paseo por los montes Xui y no se los
esperaba hasta pasado el atardecer. No lo hizo, no lo agarró, en su lugar lo
tiró de un manotazo e intentó correr. Estaba asustada, más que asustada,
asustadísima. La buscaban a ella y ni siquiera le decían por que. No podía
irse, no así. Aidan la corrió por el pasillo que da al jardín, no tardó más de
unos pocos segundos en atraparla ya que ella no era justamente la mejor atleta.
Entre los dos gobernantes lograron meterla a su vehículo para así transportarla
al lugar donde todo ocurriría, aunque nadie aún sabía bien qué.
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